TRATAMIENTO DE MORDIDA CRUZADA EN UN PACIENTE INFANTIL

Introducción
La importancia del tratamiento temprano radica en la posibilidad de crear condiciones favorables para el desarrollo de una oclusión funcional adulta, ya que numerosos trastornos de diversa índole pueden afectar el crecimiento y desarrollo adecuados de los maxilares y de la oclusión en general. De este modo, es altamente recomendable evaluar las condiciones oclusales en pacientes a partir de los 4 años de edad, para revisar una adecuada función de todos los elementos que conforman el sistema estomatognático y, en caso de requerirse instaurar un tratamiento oportuno.

Etiología de las maloclusiones
Según Escriván de Saturno, “la dentición primaria se establece completamente entre los 2 y 3 años de edad pero, unos 3 años antes de iniciarse el período de la dentición mixta, ocurren cambios de crecimiento y adaptabilidad funcional y es entonces cuando puede iniciarse una maloclusión que, si no es diagnosticada y/o interceptada a tiempo, puede desarrollar un problema más grave”.1
Estos cambios y adaptación durante el crecimiento responden a factores como respiración, deglución, postura y hábitos, así como a factores genéticos, sistémicos, congénitos, patológicos, nutricionales, etc. Sus repercusiones en el sistema masticatorio son directamente proporcionales a la gravedad de dichos factores.

Diagnóstico de mordida cruzada
La mordida cruzada uni- o bilateral es una alteración de la relación transversal de las arcadas dentarias. Según Uribe Restrepo, la mordida cruzada anterior se produce ocasionalmente en la dentición primaria. Se considera como una relación patológica que puede persistir en la dentición permanente.2 Gregoret menciona que para su evaluación es indispensable el estudio de los modelos en posición de oclusión habitual y en posición de relación céntrica, para lo cual se recurre al montaje en articulador.3 Sin embargo, el uso de un montaje en un articulador semiajustable está indicado en pacientes con dentición permanente y no es recomendable su uso para pacientes con dentición temporal. De este modo, el diagnóstico se lleva a cabo mediante la observación de la postura general del paciente, mediante el trazo de fotografía para determinar el grado

de asimetría que se presenta, además de la manipulación mandibular para inducir la relajación de la musculatura4 y obtener una tentativa de céntrica. Lo anterior se realiza con el propósito de eliminar las interferencias oclusales y conocer si la mordida cruzada es una patología por un crecimiento mandibular asimétrico o por una adaptación de la relación postural craneocervicomandibular, como lo expresa Rocabado, quien destaca la importancia de una postura adecuada (en especial en aquellos comprometidos con la ortopedia, ortodoncia y la prótesis o rehabilitación).5

Reporte de un caso
Al servicio de Ortodoncia de la Unidad de Estudios de Posgrado en Odontología SC acude una paciente de sexo femenino, de 5 años de edad, en compañía de su madre, quien refiere que desde los primeros años de vida, la niña ha mostrado una tendencia a morder del lado derecho y con el paso del tiempo esto se ha hecho más notorio.
Se manipula suavemente la mandíbula y se observa que con solo relajar la musculatura, esta se posiciona de manera centrada y se determina que los contactos dentarios representan un fulcro sobre el que balancea la mandíbula y la obligan al desplazamiento anterior y lateral derecho, además de presentar una deficiencia transversal del crecimiento maxilar (fig. 3).
Se decide iniciar el tratamiento con un aparato de ortodoncia conocido como splin superior con tornillo de expansión (fig. 4), activado ¼ de vuelta cada 8 horas durante 15 días. Se mantiene un mes de uso nocturno después de la fase activa (figs. 5 y 6). Una vez concluida la fase de la expansión, se procede a colocar un splin parcial

inferior con rejilla para favorecer la posición adecuada de la lengua, en que el dorso lingual se apoya en el techo de la bóveda palatina y se evita la posición baja, con lo que se mantiene el adecuado desarrollo del maxilar superior (fig. 7).


Se evalúa la postura corporal y se determina una asimetría corporal general. En el cuarto superior se observa que el hombro derecho se encuentra más arriba que el hombro izquierdo, con rotación de la cabeza hacia el lado derecho e inclinación de la cara hacia el lado izquierdo (fig. 1). La inclinación de la cabeza hacia el lado izquierdo (fig. 2A) favorece la producción de puntos de contacto de ese mismo lado, forzando a un desplazamiento mandibular hacia el lado derecho (fig. 2B).

En la figura 8 se muestra la corrección transversal; sin embargo, aún se observa un ligero desplazamiento de la mandíbula hacia el lado derecho, lo cual se debe a la actividad muscular pre- y paravertebral. Por lo tanto, se le indican a la paciente y a la madre una dinámica de ejercicios y masaje para la distensión de los grupos musculares contracturados y relajación para los músculos distendidos, además de remitir a la paciente al ortopedista y/o fisioterapeuta para el tratamiento de la asimetría corporal en general.

Se da seguimiento al tratamiento, después de 6 meses de haber retirado la aparatología, se observa la corrección de la mordida cruzada, así como la estabilidad en la expansión maxilar (fig. 9). Al año de haber concluido el tratamiento, se vuelve a revisar a la paciente y se observa que la mandíbula se mantiene centrada y que ha comenzada con la fase de dentición mixta (fig. 10).

Conclusiones

El tratamiento oportuno en este caso de mordida cruzada unilateral debido a una combinación de tres factores (deficiencia transversal del maxilar, asimetría craneofacial y un componente de asimetría postural) es de un diagnóstico certero para conocer nuestros alcances y límites en el tratamiento; pues en este caso en particular, se resolvió el problema maxilar y oclusal, pero la asimetría craneofacial no puede corregirse y la asimetría

Después de 6 meses de haber retirado la aparatología

gran relevancia en el crecimiento y desarrollo craneocervicomandibular, ya que de no ser atendido, las consecuencias podrían derivar en laterognasia, deficiencia maxilar en los tres planos del espacio, deformidad facial, maloclusión grave, trastornos de las articulaciones temporomandibulares y favorecimiento de alteraciones de la columna cervical, así es indispensable postural corresponde a un campo de competencia distinto. Cabe aclarar que al momento de la publicación de este artículo, el tratamiento no había concluido de forma definitiva, pues solo se había llevado a cabo la primera fase; a ésta le seguirá una fase a los 9 años y otra a los 16 años.

Referencias

  1. Escriván de Saturno LD. Tratamiento
    temprano versus tardío. Ortodoncia en
    Dentición Mixta diagnóstico y tratamiento. Amolca, 2014; 27.
  2. Uribe Restrepo GA. Fundamentos de
    Odontología Ortodoncia: teoría y clínica.
    Corporación para investigaciones biológicas. Medellín: 2010; 212.
  3. Gregoret J. Ortodoncia y cirugía ortognática diagnóstico y planificación. Ediciones NM, 2008; 77.
  4. Proffit WR. Ortodoncia contemporánea.
    Elsevier, 2014; 158.
  5. Estrella Sosa G. Detección precoz de
    los desórdenes temporomandibulares.
    Amolca, 2006; 27.

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