CASO CLÍNICO: SÍNDROME DE BOCA ARDIENTE

Autores: CD. EPB. TPD. MARY CARMEN BADILLO TENORIO, C.D. PB. EMILIANO JURADO CASTAÑEDA Y C.D RICARDO GAONA DE SANTIAGO

RESUMEN
El síndrome de boca ardiente (SBA) es una entidad nosológica, más frecuente en mujeres menopáusicas. Su principal característica es una sintomatología urente y/o dolorosa de la mucosa bucal (principalmente en la lengua), sin hallazgos clínicos aparentes que expliquen la aparición de esta sensación. Se encuentra relacionado con una serie de posibles factores locales y sistémicos desencadenantes, por lo que se considera de etiología multifactorial.


El término médico para esta entidad es síndrome de ardor bucal y se refiere al ardor continuo (crónico) o recurrente en la boca. Esta molestia puede afectar no sólo la lengua, sino también las encías, los labios, el interior de las mejillas, el paladar o áreas extensas de toda la boca. La sensación de ardor puede ser intensa, como si la boca estuviera escaldada.


El síndrome de la boca ardiente por lo general aparece de forma repentina, pero puede desarrollarse
gradualmente con el tiempo.

ABSTRACT
Burning mouth syndrome (BMS) is a nosological entity, more frequent in menopausal women. Its
main characteristic is a burning and/or painful symptomatology of the buccal mucosa (mainly in the tongue), without apparent clinical findings that explain the appearance of this sensation. It is related to a series of possible local and systemic triggering factors, which is why it is considered to have a multifactorial etiology.


Burning mouth syndrome is the medical term for ongoing (chronic) or recurrent burning in the
mouth with no apparent cause. This discomfort can affect the tongue, gums, lips, inside of the
cheeks, palate, or large areas of the entire mouth. The burning sensation can be intense, as if it
is scalding your mouth.


Burning mouth syndrome usually comes on suddenly but can develop gradually over time.

INTRODUCCIÓN
El síndrome de la boca ardiente (SBA) es un cuadro clínico muy frecuente, caracterizado por una sensación espontánea anormal descrita por el paciente como quemazón, ardor o escozor que
afecta la mucosa bucal, por lo general en ausencia de datos clínicos y de laboratorio que justifiquen
estos síntomas.1,7


Según los criterios establecidos por la Sociedad Internacional de Cefaleas (Clasificación Internacional de las Cefaleas, segunda edición), está clasificado bajo el epígrafe de causas centrales de dolor facial y se define como una sensación dolorosa de ardor espontánea que se presenta sobre una mucosa oral sin lesiones ni hallazgos en la exploración y sin causa identificable local o general.²

La zona de mayor afectación es la lengua (punta y bordes), por lo que se le ha llamado “glosodinia” y “glosopirosis” (lengua ardiente).⁷, ⁹ Comúnmente, además de ardor, los pacientes experimentan síntomas como alteración del gusto, sensación punzante, sequedad e intolerancia a las prótesis.⁷ Estas condiciones se presentan como parte del SBA o bien de forma alternativa.² Es más frecuente en mujeres en edades medias-altas de la vida. Concretamente es típico en mujeres perimenopáusicas.¹⁰


Se puede acompañar de sensaciones anormales del sentido del gusto (sabores raros) y provocar
una sensación subjetiva de boca seca o xerostomía. Los pacientes suelen notar las molestias
desde que se levantan por la mañana, aunque muchos suelen referir que aumentan a lo largo
del día y que se incrementan especialmente durante la tarde-noche, aunque no suelen interferir
con el sueño.²⁵


El SBA es más frecuente en mujeres que en hombres en una proporción de 7-9 a 1. Suele presentarse entre los 50 y 70 años y es rarísimo antes de los 35 años. Nunca se ha descrito en niños ni adolescentes. La prevalencia varía mucho de unos estudios a otros, lo que se relaciona con los criterios diagnósticos; aunque en una mayoría se suele dar un rango entre 0.6 y 15%, en la población general está en una media del 3.7%.⁷


La falta de signos clínicos aumenta su complejidad y dificulta su diagnóstico, al cual se le ha prestado
atención esporádica en la bibliografía durante los últimos 50 años. Sigue siendo una materia objeto
de considerable controversia y falta de comprensión. En la actualidad, diversos investigadores pretenden dar respuesta a un sinfín de interrogantes con respecto a ese tema. La multiplicidad de factores que se relacionan con esta entidad nosológica y que, de una u otra forma, interviene en la aparición de la sintomatología que lo caracteriza ha hecho que actualmente este tema sea uno de los más estudiados en el área de la medicina bucal.

CONSIDERACIONES GENERALES
El SBA se relaciona con factores de tipo local, sistémico y psicológico;¹³, ¹⁵ sin embargo, aún no se ha aclarado su etiopatogenia y quizá esto se deba a que es un síndrome complejo que está formado por varios subtipos diferentes. Por eso, hay que diferenciar el SBA llamado primario, esencial o idiopático, en el que no se pueden identificar clínicamente alteraciones orgánicas locales o sistémicas a las que poder atribuir el proceso,¹⁶ de otro SBA secundario, en el que sí es posible atribuir las molestias a lesiones observables de la mucosa oral o a causas conocidas y que al tratarlas mejora el cuadro clínico.¹⁷

Síndrome de boca ardiente primario


Cuando no se pueden identificar anomalías clínicas o de laboratorio, la afección se denomina síndrome de ardor bucal idiopático o primario. Algunas investigaciones sugieren que el síndrome de ardor bucal se relaciona con problemas del gusto y los nervios sensoriales del sistema nervioso central o periférico.


Grémeau-Richard et al.²⁸ han encontrado en estos pacientes una respuesta heterogénea al bloqueo anestésico del nervio lingual con lidocaína.
Estos datos han hecho pensar en que habría posiblemente tres tipos subclínicos de SBA.²⁹ Éstos serían: en primer lugar, aquellos pacientes afectados de una neuropatía periférica con alteración de las pequeñas fibras finas sensitivas (este grupo supondría, aproximadamente, un 50% de los casos); en segundo lugar, un grupo con una posible neuropatía trigeminal mayor subclínica (20 a 25%); y, en tercer lugar, un grupo con una deficiencia central inhibitoria descendente dopaminérgica (20 a 40%).

Síndrome de boca ardiente secundario
En ocasiones, el síndrome de ardor bucal es causado por una afección médica subyacente. En
estos casos se denomina síndrome de ardor bucal secundario. Los problemas subyacentes que
pueden estar relacionados con el síndrome de ardor bucal secundario incluyen los siguientes:

CASO CLÍNICO
Paciente femenino de 58 años de edad que acude al servicio dental. El motivo de la consulta fue:
“Me arde mucho mi lengua y labios”. En el interrogatorio refirió que presentaba una sensación de ardor, escozor, hormigueo o picazón sobre la lengua, normalmente en los dos tercios anteriores y en los labios. Mencionó ser una paciente sin ningún antecedente de enfermedad relevante, a excepción de desarrollar reflujo desde hace 1 año a la fecha, el cual estaba siendo tratado; mencionó también estar en plena menopausia.


A la exploración clínica intrabucal presenta caries en diversos órganos dentarios, no cuenta con ninguna restauración en boca, presenta pérdida de algunos órganos dentarios y en la cara superior de la lengua y bordes laterales presenta unas placas blancas.

El diagnóstico suele realizarse por eliminación de posibles causas locales o sistémicas basadas en el examen oral exhaustivo y en los análisis de laboratorio. Se trata de un diagnóstico por descarte basado en el perfil y síntomas del paciente.²⁹ Scala et al.⁵ propusieron unos criterios diagnósticos basados en la clínica.


No se han establecido claramente el manejo clínico y un completo y efectivo tratamiento del SBA.²⁶ Se ha comprobado en ciertos estudios la mejoría que pueden experimentar algunos de los pacientes con SBA con ciertas modalidades de tratamiento, pero no existe un protocolo terapéutico unificado y eficaz en todos los pacientes.

Esto puede relacionarse con que la historia natural del SBA no se ha definido con claridad, pues faltan estudios de cohortes longitudinales, con tamaños muestrales suficientemente amplios y con efecto placebo adecuado.


Basándonos en la evidencia de que disponemos en el SBA, deberíamos evitar las situaciones irritativas y traumáticas sobre la mucosa oral, controlar adecuadamente la ansiedad y proporcionar un soporte psicológico adecuado. Hay que evitar situaciones irritativas por bruxismo y la acción de
los dientes empujando la lengua sobre ellos. Se deberían pulir las cúspides palatinas y linguales
prominentes o cortantes. López-Jornet et al.²⁹ han diseñado un protector dental. Estos autores
recomendaron utilizarlo en asociación con un gel a base de áloe vera por sus efectos antiinflamatorios. Asimismo, se han asociado lubrificantes tópicos para mejorar las molestias.²⁹ Por otro lado, la terapia cognitiva se ha mostrado eficaz en el manejo de los pacientes con SBA, bajando el nivel de ansiedad y mejorando sus molestias.²² Posteriormente, se deberá realizar un control farmacológico del dolor o de la molestia principal, así como de los síntomas asociados. Para el control de esta molestia se han utilizado diferentes fármacos que pueden aplicarse de forma tópica, como los desensibilizantes periféricos o clonazepam, y por vía oral, como el ácido α-lipoico, anti convulsionantes y antidepresivos. Asimismo,
existe un protector dental de plástico que evita la acción irritativa directa sobre la lengua por los movimientos parafuncionales.


Para poder controlar la molestia principal de ardor, se han administrado diferentes sustancias por vía tópica, como capsaicina en dosis de 0.025 a 0.075%, dos o tres veces al día,²⁵- ²⁹ que actúa de forma competitiva con el receptor vaniloide VR1, inhibiendo la síntesis y transporte de la sustancia P, aunque tiene el inconveniente de su intolerancia clínica por aproximadamente un 30% de los pacientes

CONCLUSIONES
El tratamiento va dirigido a mejorar la sintomatología y controlar los factores. Las terapias propuestas consistentes en control de factores locales, factores sistémicos y psicológicos y algunas indicaciones farmacológicas, proporcionan resultados mediocres. En términos generales, el SBA continúa siendo objeto de estudios en el ámbito de la medicina bucal en busca de un diagnóstico más preciso y de una terapéutica más eficaz.

En el diagnóstico, cuando se haya descartado que nos encontremos ante un ardor bucal secundario a una causa conocida, se deberá comenzar un tratamiento consistente en intentar evitar los posibles factores irritativos directos sobre la mucosa oral.

Seguidamente, se deberá intentar discriminar entre una posible neuropatía periférica o central.
Se ha propuesto la anestesia regional bilateral del nervio lingual para comprobar si continúan las
molestias y puede que se trate de causa central.²⁸ El tratamiento de elección ante un posible SBA
primario de afectación periférica sería el uso de clonazepam tópico con enjuagues o como comprimidos chupados. Si hay un gran componente de estrés y ansiedad, parece ser eficaz la terapia cognitiva y administrar ansiolíticos. En cambio, si se sospecha un origen central o el tratamiento anterior no consigue mejoría, se deberían administrar fármacos como amisulprida en dosis bajas (50 mg/día por 24 semanas) o duloxetina en dosis de 20 a 40 mg/día por 12 semanas.¹⁷ Siempre se deberá reevaluar al paciente, siguiendo la misma pauta desde el comienzo si no encuentra mejoría.

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